15 junio, 2008

"Todo lo que no pasa en Buenos Aires tiene poca repercusión"


El gobernador Hermes Binner opinó que la Nación subestimó el conflicto con el campo. Dijo que el valor del aumento de la retención se "relativizó" frente a la crisis provocada. Se confesó sorprendido por el impacto en la trama social y económica que demostró tener el sector. (El Litoral)

Ivana Fux/ Mario Cáffaro

Hace seis meses, Hermes Binner asumía como el primer gobernador socialista de la Argentina. Arrancaba la gestión con guiños del gobierno nacional, dinero en caja y un contexto económico de crecimiento. Tres meses después, el inesperado conflicto entre la Nación y el campo modificó el escenario.

En diálogo con El Litoral, Binner evaluó este período desde su despacho remozado. Ahora es más amplio pero simple. Ya no hay alfombras ni cortinas en exceso. La sala es luminosa; reaparecieron los pisos de madera originales, y un retrato del Brigadier López es la única ornamentación. Escritorio, sillas antiguas y tres sillones son el mobiliario.

"Hace seis meses, nada hacía suponer que íbamos a tener esta crisis, sobre todo, porque teníamos un proceso agroindustrial en crecimiento, con una fuerte demanda de productos a nivel internacional y con precios crecientes", confesó. Pero "una medida inconsulta del gobierno terminó en una crisis que verdaderamente era impensada en sus consecuencias".

¿El gobierno nacional tiene dimensión de lo que está pasando en la Región Centro, por ejemplo?

Creo que todo lo que no pase en Buenos Aires tiene poca repercusión. Es lamentable, porque mientras haya combustible en Buenos Aires no pasa nada, (aunque) acá estemos agobiados y sintamos la crisis. Es lamentable, porque tiene una implicancia en todo el tejido social que era impensado. Uno no deja de advertir la importancia que tiene el sector agropecuario para Santa Fe, pero no teníamos dimensión de hasta dónde podía impactar en el entramado económico y social. Uno pensaba en los pueblos que vivían del campo y en una economía rural limitada a ese espacio, pero hoy vemos cómo esto repercute a nivel de consumo o de definir una inversión. Hoy las concesionarias dicen que disminuyó abruptamente la venta de autos y lo mismo pasa en la construcción. Para Santa Fe, la ruralidad es un concepto que hay que estudiar porque tiene una implicancia mucho mayor que la que nosotros valorábamos.

¿A Ud. también lo sorprendió el alcance de esa ruralidad?

Suponíamos que había un encadenamiento, pero no teníamos idea de la magnitud de cómo una medida que en la práctica es discutible por lo inconsulta, desde el punto de vista de la macroeconomía termina teniendo un valor relativo al lado de todo el conflicto que ha generado. Uno lo ve en los rostros crispados de la gente en la ruta; no ven una salida, pero tampoco ceden a una posible alternativa.

¿Cree que el gobierno nacional puede recomponer su imagen con la sociedad, habiendo tenido en Argentina ejemplos de gobiernos que trastabillaron y después no se han podido levantar?

Sí, hay varios ejemplos, justicialistas y radicales. Le pasó a (Raúl) Alfonsín cuando minimizó el valor de las elecciones legislativas. También en su momento (Carlos) Menem devaluó la última elección parlamentaria. Esto tiene implicancias profundas en la conciliación de la población; hace al humor de la gente y a esa posibilidad de aceptar desafíos, de arriesgar, de invertir. Es una situación de tensión en este proceso de crecimiento, que parecía no tener fin.

¿Cree que la Nación subestimó el conflicto?

Me parece que sí.

¿Cómo será la relación con la Nación de aquí en más?

Pensamos que no hay motivo para que la relación cambie. Vivimos en un país democrático. En muchas cosas coincidimos y en otras no, pero me parece que es la base del crecimiento de nuestro país aceptar que existen formas diferentes de mirar la realidad. Cuando estuvimos en la reunión de Crecenea-Codesul, en San Pablo, nos encontramos con una rara situación donde todos los gobernadores hablaban en contra del gobierno nacional con mucha virulencia, y después nos decían que todos habían integrado la lista de Lula. ¿Y hay represalias por esto en Brasil? No, al contrario, hay mayor federalismo que en Argentina. El IVA se distribuye en el propio Estado y los impuestos son mucho más coparticipables que aquí; hay una mayor independencia de los estados federativos. Nosotros también lo tenemos que respetar (al federalismo) porque está en la Constitución.

Pero Ud. mismo dijo que en la práctica éste es un país unitario...

Por eso. Si nosotros respetásemos lo que dice la Constitución argentina, indudablemente que estaríamos en una situación similar a la que tiene Brasil. Nosotros tenemos un gran respeto por el gobierno nacional, y creemos que es necesario defender la democracia, y sobre todo, la institucionalidad. Eso fue lo primero que le planteamos el otro día a la presidenta.

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