08 julio, 2007

Binner: el médico que quiere ser el primer gobernador socialista


Fue dos veces intendente de Rosario. Tiene fama de parco. Desafía la hegemonía peronista. (Clarín)

María Seoane - Mauro Aguilar

Cuando Hermes Juan Binner nació, el 5 de junio de 1943 en Rafaela, Santa Fe, en el seno de una familia de origen suizo, gobernaba el país el general Pedro Pablo Ramírez, el mundo estaba en guerra. Los socialistas argentinos (PSA), liderados por Alfredo Palacios y Alicia Moreau de Justo, eran un partido nacional potente. Tenían predicamento en la "Pampa Gringa", zona colonizada por la inmigración europea.

Tal vez esa matriz familiar le dio a Binner el estilo con el que hoy se lo conoce: cierta parquedad, cierta flema ante la adversidad y una bonhomía campestre que la urbanidad rosarina no logró atenuar.

Dicen que fue la educación primaria severa que recibió en el Colegio San José, de los Hermanos Maristas, lo que lo definió como un joven rebelde, pero respetuoso de las creencias, y laico. Su primera batalla política fue, ya como alumno del Colegio Nacional de Rafaela, tomar partido a favor de la educación laica, pública y gratuita en los debates encrespados conocidos como "Laica o Libre" (educación pública versus privada) que se libraron apenas comenzado el gobierno de Arturo Frondizi en 1958. Hermes tenía apenas 15 años pero vocación por la política: fue parte de la fundación del Centro de Estudiantes en el Nacional. Hacia 1960, la nueva izquierda viraba hacia el recurso de la violencia antidictatorial- por influencia de la Revolución Cubana-, pero Binner se afilió al PSA. Entonces, había tres rasgos que comenzaban a identificarlo: su oposición al peronismo; al autoritarismo militar y, también, al recurso de la violencia como método de acción política.

Hacia 1961, comenzó la carrera de Medicina en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), donde tuvo también militancia estudiantil en el Movimiento Nacional Reformista (MNR). El recuerda que su formación marxista fue amplia, humanista y enciclopédica como lo era entonces, que las primeras lecturas que lo marcaron fueron "El ABC del socialismo" de Leo Huberman y los "Principios elementales de filosofía", el clásico de Georges Politzer.

En 1970, Binner se recibió de médico. Se especializó en la anestesiología y la medicina del trabajo: dos prácticas que definen el desembarco de su ideología en la profesión. Una, para evitar el dolor. Otra, para atender las necesidades de los trabajadores. Por entonces, a sus referentes históricos se sumó quien lo llevará, hacia 1972, a participar en la fundación del Partido Socialista Popular (PSP), Guillermo Estévez Boero.

A partir de entonces, Binner recorrió un largo camino. Durante los años de dictadura impulsó el movimiento de derechos humanos y se dedicó a la actividad gremial en la Asociación Médica y el Colegio Médico. A partir del 83, fue director de hospitales públicos- el Neuropsiquiátrico y el Provincial Centenario- y en 1989 fue convocado por el intendente socialista de Rosario, Héctor Cavallero, para ser secretario de Salud Pública entre 1989 y 1993, momento en que es electo concejal por el PSP. Entre 1995 y 1999 fue electo intendente de Rosario. En 2003, perdió -por la ley de lemas- la posibilidad de gobernar Santa Fe a manos de Jorge Obeid. Fue secretario ejecutivo de la Red de Mercociudades. Y desde 2005 es diputado nacional. Ningún porcentaje de sus elecciones baja del 40 por ciento de los votos. Si de política y alianzas se trata, Binner mantiene "su vertical" progresista -suele decir- que significa, por ejemplo, recibir el apoyo de Elisa Carrió o de Roberto Lavagna para su candidatura a gobernador, pero no compartir sus estilos para criticar al presidente Kirchner, con quien, dice, tiene un diálogo cordial y muchos puntos en común. Binner sostiene: "Hay que pensar en una Argentina en celeste y blanco". Y reconoce el mérito de Kirchner en sus políticas de derechos humanos, la renovación de la Corte Suprema y la negociación de la deuda externa y el pago al FMI. En los últimos años, Binner fue mentado como uno de los dirigentes "transversales" -como Martín Sabatella y Luis Juez- para fundar el espacio de centroizquierda al que aspiraba en un tiempo Kirchner.

Binner tuvo tiempo de tener vida privada. Se casó dos veces. Tiene cinco hijos: dos varones y dos mujeres del primer matrimonio y, el más pequeño, de nueve años, del segundo. Tres hijos son médicos; una es ingeniera. Suele veranear en Villa Gesell. Es matero y cafetero. Fanático del asado argentino. Le gusta la música clásica y es hincha de Atlético Rafaela y, en Rosario, de Central Córdoba.

Ahora, con cierta pasmosidad, similar a la que tiene el Paraná manso, apuesta a ganarle a Rafael Bielsa. Dice que no tiene cábalas, que nunca las tuvo. Tal vez, pensando en la historia provincial, las necesite.

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