SANTIAGO, Chile (De una enviada especial).- Nadie quiso perderse ayer el éxito de la nueva cara del poder de Chile. Ya a la mañana, los bares, restaurantes y salones del céntrico Hotel San Francisco se comenzaron a llenar de actores, escritores, políticos, voluntarios, periodistas. Entre ellos, sobresalía la más de una decena de políticos argentinos que habían viajado a Santiago para participar de lo que terminó siendo uno de los mayores festejos desde el regreso de la democracia. Y por la tarde, llegó una comitiva encabezada por el ministro de Trabajo, Carlos Tomada.
Una de las presencias más firmes en el hotel fue la del ex presidente Raúl Alfonsín, que definió a la presidenta electa como el rostro "de la igualdad y de la esperanza".
"Además, ella representa la continuación de las relaciones con el Mercosur", dijo a LA NACION Alfonsín.
El socialismo argentino también estuvo representado por varios altos dirigentes, entre ellos Raúl Giustiniani y Hermes Binner, impresionado con el historial de gobierno de la Concertación. "Llama la atención que esta Concertación no es una alianza electoral, sino una de gobierno que prioriza la nación en lugar de intereses sectoriales", dijo Binner a LA NACION mientras observaba la votación en el Estadio Nacional.
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