23 julio, 2006
“Construimos con lo que tenemos”
El ex intendente de Rosario habla de la política de acuerdos por distrito de su partido. Mide sus elogios y críticas a Néstor Kirchner y Elisa Carrió. Y dice que la concertación debería ser “institucional”.(Página/12)
nota completa
Por Santiago Rodríguez
“Tenemos una propuesta que es el Frente Progresista, Cívico y Social”, dice el socialista Hermes Binner, descartando una alianza con el kirchnerismo en Santa Fe. Aunque ahora está al frente del bloque de diputados de su partido, el ex intendente de Rosario tiene la mira puesta en la gobernación y no deja de recorrer la provincia. Su principal destino este fin de semana: la Fiesta Nacional de la Bagna Cauda, que cada año convoca a unas diez mil personas en Humberto Primo. Antes de emprender viaje a esa localidad donde predominan los descendientes de piamonteses, Binner tiene un diálogo con Página/12 en el que mide cada palabra. A Néstor Kirchner lo ensalza con la definición “es un hombre que va al frente”, pero lo critica por los superpoderes y los decretos de necesidad y urgencia. “No es necesario coincidir el ciento por ciento”, sostiene y le marca también “la exclusión social” como su asignatura pendiente. También reparte elogios y reproches para Elisa Carrió y evita definir qué candidatura nacional debe impulsar el socialismo: “Eso –escapa– lo vamos a resolver más adelante.”
–¿Cuál es el verdadero socialismo hoy: el que coquetea con Raúl Alfonsín y la candidatura de Roberto Lavagna, el de la Capital Federal aliado a Jorge Telerman y el kirchnerismo o el del Frente Progresista en Santa Fe?
–Es el que privilegia lo colectivo sobre lo individual.
–¿Qué significa eso en términos políticos?
–Tener una real dimensión de la realidad de cada lugar.
–O sea definir alianzas y estrategias electorales en función de las particularidades de cada distrito.
–Exactamente.
–¿Entonces cuál es el común denominador del socialismo?
–Tenemos una resolución del Comité Nacional para conformar frentes progresistas en cada distrito. Por eso es importante privilegiar lo colectivo, esto es la educación, la salud, el trabajo y todos aquellos hechos que favorezcan la inclusión social.
–¿Qué es para usted el progresismo en la Argentina de hoy?
–Límites para arriba no tiene; para abajo significa creer que todo está bien. El actual no es un horizonte deseado, sino que hay que trabajar para mejorar aquellos aspectos que hacen a la dignidad humana.
–¿Qué le cuestiona en este momento al gobierno de Kirchner?
–Lo que ha ocurrido, por ejemplo, con los decretos de necesidad y urgencia o los superpoderes; no hay necesidad de avanzar sobre uno de los poderes en detrimento de los valores sobre los que se asienta la república. El Gobierno hizo lo mismo con el Consejo de la Magistratura, cuando avanzó sobre el Poder Judicial.
–¿A qué atribuye esa actitud del Gobierno?
–Hay una tendencia. El ejercicio del poder supone la búsqueda de más poder.
–¿Cómo manejaron este tema en Rosario? Un argumento del oficialismo es que allí también se delegaron facultades legislativas al Ejecutivo.
–Están mal informados. En los ocho años que nos tocó estar al frente del Ejecutivo municipal, el justicialismo tenía la mayoría absoluta de los concejales, era impensado que no ejercieran sus atribuciones de control. Siempre se ha observado la ordenanza de contabilidad de la municipalidad de no utilizar gastos de capital para gastos corrientes.
–Cuando ve al Gobierno avanzar en estos temas, ¿duda de la cercanía que a veces muestra tener con Kirchner?
–Nosotros tenemos una mirada en celeste y blanco, no en blanco y negro; queremos que al Presidente le vaya bien porque a la Argentina le va a ir bien. Pensar hoy en el fracaso del Gobierno para generar una alternativa de cambio es negativo para los destinos del país.
–Hay quienes sostienen que Kirchner dice que usted se equivoca si no juega con el Gobierno. ¿Se equivoca usted o él?
–Vivimos en democracia y tenemos derecho a pensar diferente. No es necesario coincidir el ciento por ciento. En el ejercicio de la democracia, los partidos deben tener la independencia necesaria para poder opinar en libertad.
–¿Descarta definitivamente una alianza con el oficialismo en Santa Fe?
–Tenemos una propuesta que es el Frente Progresista, Cívico y Social. Hay sectores kirchneristas que participan y enriquecen la propuesta.
–En la Rosada ya hay quienes analizan cómo enfrentarlo electoralmente y se mencionó a Carlos Reutemann o Rafael Bielsa para darle pelea.
–Eso ya ha pasado en Santa Fe. En las últimas elecciones a diputado fue pública y notoria la participación de Kirchner a favor de la candidatura de Agustín Rossi, pero esto no significa un enfrentamiento sino que hay opiniones diferentes.
–¿Hay margen para el disenso si uno está con Kirchner?
–En el Congreso tenemos siempre una mirada propositiva. Es más, hemos votado afirmativamente la mayoría de las leyes que han llegado del Ejecutivo y con muchas no estábamos en un ciento por ciento de acuerdo.
–Si llega a gobernador, ¿cómo imagina la relación con el kirchnerismo en función de los vínculos que establece la Rosada con los gobernadores de otro signo político?
–No sería tan diferente a lo que hace el intendente de Rosario, Miguel Lifschitz. Su relación con el Gobierno es excelente y el Gobierno sabe en qué partido está. En el caso de Rosario no veo que haya problemas para consensuar las mejores políticas para la gente.
–Usted dice que en Santa Fe también tienen buen diálogo con muchos sectores del ARI. ¿De quién se siente más cerca, de Kichner o Carrió?
–Me siento más cerca de la Nación argentina. Valoramos mucho la posición de Carrió y su valentía, pero también creemos que hay que construir el país con lo que tenemos. Tal vez nos gustaría vivir en Suecia, pero estamos en Argentina y hay que gobernar con quien tenemos cerca para poder construir propuestas superadoras.
–¿Cuál es la mayor virtud de Carrió y cuál su mayor defecto?
–La virtud es su valentía y el defecto, su poca predisposición a construir con otros sectores.
–¿Y en el caso de Kirchner?
–Kirchner es un hombre que va al frente y eso es muy valorado por el pueblo argentino. En cuanto al defecto, lo que hablábamos al principio: un gobierno más constitucionalista le daría más base de sustentabilidad.
–¿Qué asignatura pendiente tiene el gobierno de Kirchner?
–La exclusión social. Tenemos una carencia de políticas activas que permitan subir a escena a la gente y dar la oportunidad de que podamos sentirnos todos iguales. Es muy saludable el crecimiento del PBI y tener excedentes presupuestarios, pero también sería saludable tirarle una soga a la gente para que pueda agarrarse. Tener al 50 por ciento de la población sin cobertura de obra social y a la mayoría de la población trabajando en negro o con sueldos que no alcanzan a tener la categoría de trabajo decente nos sitúa en una situación de endebles democrática.
–Cuando el Gobierno le ofreció a Héctor Polino la Secretaría de Medio Ambiente, usted sostenía que debía pesar la opinión del propio interesado. ¿Qué hubiese hecho usted si hubiese tenido la libertad de decidir?
–Obviamente que hubiese consultado con el partido, pero bueno... esto ya está, ya ocurrió.
–¿Le parece acertado lo que resolvió?
–Sí, porque la decisión se tomó colectivamente. Esto es parte de lo que necesitamos cada una de las formaciones políticas: que sus integrantes piensen con el mismo marco teórico y conceptual y con la misma capacidad de decisión sobre sus actos.
–¿Se sumaría a la concertación a la que convoca el Gobierno?
–La concertación debiera ser institucional, que es lo que le da solidez. Miramos con gran respeto y admiración la concertación chilena, pero es una concertación institucional. Lo mismo cuando hablamos del Frente Amplio de Uruguay.
–¿Le parece que la vocación de Kirchner sea replicar esas experiencias?
–No, pero bueno... son formas de construir que uno respeta.
–Dice que el socialismo debe actuar de acuerdo con las particularidades de cada distrito, ¿qué debe hacer a nivel nacional?
–Eso lo vamos a resolver más adelante.
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