Pese a no ser oficialista, el favorito en Santa Fe opta por no enfrentar al Presidente; promete impulsar un cambio cultural. (La Nación)
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SANTA FE.- El socialista Hermes Binner es el hombre que se perfila para terminar con 24 años de gobernación justicialista en éste, el tercer distrito electoral más importante del país. Las encuestas, incluso las encargadas por allegados al Ministerio del Interior, revelan que la intención de votos supera a la que reúnen juntos los tres precandidatos del PJ (Marcelo Bielsa, Agustín Rossi y Omar Perotti). "Nosotros seguiremos pregonando a quienes nos prestan el voto que lo harán para producir un cambio, que tiene que ver con un mayor respeto a las leyes, a completar la reforma constitucional que nos saque del atraso en que estamos", dijo el diputado socialista, que en todo momento del encuentro con LA NACION se mostró distendido, Espera con ansiedad el inicio de la campaña -aquí se vota el 2 de septiembre- y se permite enviar un par de mensajes hacia Buenos Aires, como cuando dice que su proyecto no choca con el del presidente Néstor Kirchner, pese a que el gobierno nacional intentará impulsar al candidato del PJ: "Con él quiero jerarquizar las coincidencias". -¿Están convencidos que esta vez la oposición desplazará al justicialismo en Santa Fe? -Por lo que advertimos en cada recorrido que hacemos por el interior, y ya van varios de miles de kilómetros, la gente no nos dice que no. Seguimos con la misma línea iniciada a partir de los resultados de 2003. -Pero esta vez el escenario es diferente.... -Efectivamente, son elecciones totalmente diferentes. Aquella vez se sumaron hechos de una discrecionalidad sin límites; por ejemplo, haber llevado un cargo nacional pegado a la provincial con ley lemas, algo que no admite la ley electoral. Pero todavía hoy tenemos un sistema electoral complicado. Por ejemplo: todas las pequeñas localidades, que, en definitiva, son el 30 por ciento de los votos, tienen una forma de relevar los votos y de enviarlos a la junta electoral muy particular que le quita transparencia al sistema. Pero nosotros estamos por la positiva. -¿Por qué no se enfrenta ni con el gobierno provincial ni con el nacional? -No es mi idea tener una actitud crítica. La idea es trabajar con nuestra propuesta, que tiene que ver con un mayor respeto a las leyes, con la reforma constitucional que señalé, con jerarquizar la producción y el empleo. -¿Cómo se lleva con el presidente Kirchner, después de todo lo que se habló sobre la transversalidad, donde se lo ubicada como uno de los dirigentes políticos mejor visto por el gobierno nacional? -Con Kirchner nos llevamos bien. Es nuestro presidente y todos los legisladores somos responsables de las acciones de gobierno. Un caso muy especial es el gobierno de la ciudad de Rosario [que encabeza el socialista Miguel Lifschitz], que quiere sumar, construir un país para todos. Obviamente tenemos nuestras diferencias, pero destaque esto: jerarquizamos las coincidencias. -¿Y con el gobierno provincial? -Está claro que creemos que la próxima elección es una oportunidad para Santa Fe. Es el tiempo de la renovación que casi todos venimos pregonando. Para eso tenemos propuestas orientadas a superar el círculo virtuoso de la actual economía. Es una pena que todo sea subsidio y se posterguen las grandes obras, los planes de viviendas, los gasoductos y los oleoductos, o la construcción de caminos troncales para retirar la producción. Todo eso hay que corregirlo. -Desde el año pasado se viene observando una abundancia de subsidios. ¿Es casual? -Esa política de entrega de subsidios que lleva adelante la provincia de alguna manera puede tener el "efecto Misiones", por el cual la gente tomará los subsidios, le dará las gracias al gobierno, pero después le dirá a quien lo consulte que ése no es el mecanismo de funcionamiento de la democracia. -Si gana, usted sería el primer gobernador socialista de la provincia. ¿Qué compromisos le traería? -Desde la gobernabilidad, vamos a necesitar que la gente pueda sentirse protagonista en cada una de las localidades. Estoy convencido de que esta provincia tiene una riqueza cultural en que asentarse y desde la cual proyectarse para tener una posición importante en el contexto nacional.
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SANTA FE.- El socialista Hermes Binner es el hombre que se perfila para terminar con 24 años de gobernación justicialista en éste, el tercer distrito electoral más importante del país. Las encuestas, incluso las encargadas por allegados al Ministerio del Interior, revelan que la intención de votos supera a la que reúnen juntos los tres precandidatos del PJ (Marcelo Bielsa, Agustín Rossi y Omar Perotti). "Nosotros seguiremos pregonando a quienes nos prestan el voto que lo harán para producir un cambio, que tiene que ver con un mayor respeto a las leyes, a completar la reforma constitucional que nos saque del atraso en que estamos", dijo el diputado socialista, que en todo momento del encuentro con LA NACION se mostró distendido, Espera con ansiedad el inicio de la campaña -aquí se vota el 2 de septiembre- y se permite enviar un par de mensajes hacia Buenos Aires, como cuando dice que su proyecto no choca con el del presidente Néstor Kirchner, pese a que el gobierno nacional intentará impulsar al candidato del PJ: "Con él quiero jerarquizar las coincidencias". -¿Están convencidos que esta vez la oposición desplazará al justicialismo en Santa Fe? -Por lo que advertimos en cada recorrido que hacemos por el interior, y ya van varios de miles de kilómetros, la gente no nos dice que no. Seguimos con la misma línea iniciada a partir de los resultados de 2003. -Pero esta vez el escenario es diferente.... -Efectivamente, son elecciones totalmente diferentes. Aquella vez se sumaron hechos de una discrecionalidad sin límites; por ejemplo, haber llevado un cargo nacional pegado a la provincial con ley lemas, algo que no admite la ley electoral. Pero todavía hoy tenemos un sistema electoral complicado. Por ejemplo: todas las pequeñas localidades, que, en definitiva, son el 30 por ciento de los votos, tienen una forma de relevar los votos y de enviarlos a la junta electoral muy particular que le quita transparencia al sistema. Pero nosotros estamos por la positiva. -¿Por qué no se enfrenta ni con el gobierno provincial ni con el nacional? -No es mi idea tener una actitud crítica. La idea es trabajar con nuestra propuesta, que tiene que ver con un mayor respeto a las leyes, con la reforma constitucional que señalé, con jerarquizar la producción y el empleo. -¿Cómo se lleva con el presidente Kirchner, después de todo lo que se habló sobre la transversalidad, donde se lo ubicada como uno de los dirigentes políticos mejor visto por el gobierno nacional? -Con Kirchner nos llevamos bien. Es nuestro presidente y todos los legisladores somos responsables de las acciones de gobierno. Un caso muy especial es el gobierno de la ciudad de Rosario [que encabeza el socialista Miguel Lifschitz], que quiere sumar, construir un país para todos. Obviamente tenemos nuestras diferencias, pero destaque esto: jerarquizamos las coincidencias. -¿Y con el gobierno provincial? -Está claro que creemos que la próxima elección es una oportunidad para Santa Fe. Es el tiempo de la renovación que casi todos venimos pregonando. Para eso tenemos propuestas orientadas a superar el círculo virtuoso de la actual economía. Es una pena que todo sea subsidio y se posterguen las grandes obras, los planes de viviendas, los gasoductos y los oleoductos, o la construcción de caminos troncales para retirar la producción. Todo eso hay que corregirlo. -Desde el año pasado se viene observando una abundancia de subsidios. ¿Es casual? -Esa política de entrega de subsidios que lleva adelante la provincia de alguna manera puede tener el "efecto Misiones", por el cual la gente tomará los subsidios, le dará las gracias al gobierno, pero después le dirá a quien lo consulte que ése no es el mecanismo de funcionamiento de la democracia. -Si gana, usted sería el primer gobernador socialista de la provincia. ¿Qué compromisos le traería? -Desde la gobernabilidad, vamos a necesitar que la gente pueda sentirse protagonista en cada una de las localidades. Estoy convencido de que esta provincia tiene una riqueza cultural en que asentarse y desde la cual proyectarse para tener una posición importante en el contexto nacional.
Por José E. Bordón
Para LA NACION
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