Mauricio Maronna / La Capital
Binner, candidato a gobernador, se regocija de que la campaña “esté tan tranquila” y hasta se atreve a trazar un contraparalelismo: “Comparando con lo sucedido en la ciudad de Buenos Aires esto es el Paraíso”. Luego se refugia en su habitual discurso, ajeno a la intemperancia y reiterando una y mil veces su “preocupación por la situación de los niños y la juventud”.
El ex intendente descree de que la gente que tiene pensado votar por él en las generales de septiembre se incline en las primarias por el Frente para la Victoria, que sí tiene una interna fragorosa. “Irán a votar por quien está en su preferencia, en función de lo que piensa y cree, por eso trabajamos como si fuese la elección de septiembre”. El líder socialista no se olvida de la ley de lemas, a la que con su ofensiva mediática contribuyó a derogar: “Este sistema nuevo es más simple para la gente que, antes, sufragaba por uno, pero el voto iba hacia otro. La construcción del programa es una prueba de que hay voluntad de consenso y diálogo entre todos los que integran el Frente Progresista”.
Esta vez, Binner no quiere mostrar preferencias hacia Rafael Bielsa o Agustín Rossi a la hora de elegir el rival : “Me da lo mismo. Tienen que ser los votantes quienes lo digan. Se trata de pensar en otras cosas, en mejorar la salud, la vivienda, tener un plan integrador donde la juventud recupere sus sueños y esperanzas. Hay un tema preocupante: el 56.6% de los niños vive en hogares excluidos. Hay que revertirlo rápidamente”.
Mauricio Macri, Roberto Lavagna y Elisa Carrió, entre otros referentes nacionales, han dicho que de vivir en Santa Fe votarían por Binner. El candidato utiliza un gambito a la hora de la interpretación. “Lo que pasa es que ellos no viven en Santa Fe; nosotros tenemos que buscar el voto de los santafesinos. Es auspicioso que nos respalden, pero nosotros debemos ganar las elecciones y tener la fuerza para gobernar. Formamos equipos para eso”.
Lifschitz escucha con atención a su candidato a gobernador y acota que han recibido en las recorridas y reuniones muestras de apoyo y simpatía. “A medida que se acerca el día, la gente entra en clima y esto se expresa en la calle, en el contacto con la gente. Un sector importante valora positivamente nuestra gestión, aunque habrá insatisfechos. Pero, mayoritariamente habrá un voto que nos acompañará en la ciudad y a Hermes en la provincia. Se abre una gran oportunidad para Rosario, que es la perspectiva de hacer una gestión asociada para resolver temas pendientes”.
El titular del Palacio de los Leones sí tendrá una interna en el Frente Progresista con Carlos Comi, representante de la Coalición cívica-ARI. “Vamos a tener una distancia importante de nuestros rivales y después, de acuerdo a la proporción, se van a intercalar los postulantes de la lista de Comi. Pero no le damos mayor trascendencia”.
Zamarini se presenta para revalidar títulos como concejal y tiene presente que por primera vez el socialismo puede llegar a tener una mayoría holgada en el Palacio Vasallo. “Eso puede ser un hecho objetivo, pero no va a cambiar nuestra forma de trabajo: buscar consenso. El Concejo de hoy es plural y aportan todos”. De cara al 2 de septiembre, se atreve a hablar de una rival, la vicegobernadora María Eugenia Bielsa: Es una señora que trabaja mucho, el Concejo tiene su particularidad, hay que ir a las comisiones trabajar proyectos desde allí”, dice en una frase cargada de enigmas.
Zabalza deberá lidiar con su candidatura a senador por el Departamento Rosario con un peronismo que históricamente le dio batalla al socialismo fuera de la ciudad. “A diferencia de otros años, el Frente Progresista y el socialismo tienen una presencia creciente. Se percibe un acompañamiento a la fórmula infinitamente superior a la de cuatro años atrás; hay ambiente de cambio”.
Binner reafirma su intención de reformar la Constitución provincial, a la que le adjudica ser “la más vieja del país”, y aclara que serán los constituyentes quienes resuelvan el tema de la unicameralidad. Hoy la participación legislativa es extremadamente débil, por cuanto quien gana por un voto se lleva 28 de 50 diputados. En el senado, el que gana por un voto se lleva el 100 por ciento de la representatividad. Esto conspira contra las minorías”.
Cuando termina la charla, los candidatos posan para la foto y los operadores políticos revisan la agenda. Son las últimas postales de una campaña que insufla optimismo al socialismo. Y se nota.
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