28 abril, 2006
Binner y Rossi, con un pie en el Congreso y el otro en Santa Fe
Entraron como diputados en 2005, pero aspiran a ganar su provincia en 2007. (Clarin)
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Marcelo Helfgot
mhelfgot@clarin.com
Desde que debutaron como diputados, tras una pelea electoral de caballeros, el kirchnerista Agustín Rossi y el socialista Hermes Binner hacen una doble vida. Pasan la mitad del tiempo en Capital y la otra, de recorrida por Santa Fe. Van y vienen por la Panamericana como Pancho por su casa. Nunca se bajaron de la campaña ni se pierden pisada, porque tienen el mismo objetivo: saltar del Congreso a la Gobernación en el 2007.
Para los rosarinos, Rossi —46 años, ingeniero de profesión— es "El Chivo". Y lleva la carga más pesada. El Presidente lo premió con la jefatura del bloque K porque se animó a encabezar la lista del PJ en lugar de otros dos —Horacio Rossati y María Eugenia Bielsa— que desertaron y acortó al 9% la desventaja con el candidato socialista que se pronosticaba catastrófica. Pero debe lidiar con el apuro del Gobierno para sacar leyes clave y las operaciones de colegas con canales propios de acceso a la Rosada.
Para colmo, uno de cada tres santafesinos todavía no lo conoce. Y sabe que Néstor Kirchner podría terminar pidiéndole a Carlos Reutemann que reincida en la carrera a gobernador si lo supera en las encuestas."Hasta ahora, 'El Chivo' hizo todos los deberes", admiten cerca del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, a quien Rossi visita apenas aterriza cada lunes en Buenos Aires.
Hasta el regreso de cada jueves se esforzará por disciplinar a sus 118 legisladores, sumar la porción que le falta al oficialismo para garantizar el quórum en cada sesión (es de 129) y agilizar gestiones de intendentes o empresarios de su provincia en la Capital. A partir del viernes sale de gira: ya pasó por Reconquista, Granadero Baigorria y Libertador San Martín para promover la línea interna que armó con la vicegobernadora María Eugenia Bielsa, quien aspira a desbancar al socialismo de la Intendencia rosarina.
Al ex intendente Binner —62 años, médico clínico— le dicen "El Alemán". De tantas campañas, no hay santafesino que no lo conozca. Le resulta suficiente arribar los martes al Congreso para dirigir una bancada de sólo cinco miembros. Los productores de su provincia lo visitan para pedirle que se haga eco de sus quejas. Más parco que su rival, últimamente se anduvo pavoneando por los efectos del conflicto de la carne: dice que la prohibición de las exportaciones le va a proporcionar una carrada de votos porque el 40% sale de Santa Fe.
Binner puede dar fe de que un legislador opositor no está exento de presiones. No pasa día sin que le reclamen que encabece una fórmula presidencial de centroizquierda. El insiste en que su meta es el gobierno provincial y si lo apuran advierte que Kirchner será imbatible en el 2007.
En la última campaña electoral, Binner esquivó el desafío que le hizo Rossi para que se defina a favor o en contra de Kirchner. Pero en el Congreso, el jefe kirchnerista le hace notar cada vez que vota contra una ley clave del oficialismo, como la del Consejo de la Magistratura. El socialista supo dejarse coquetear por el Presidente, pero tomó distancia alegando que no quiere ser encasillado de oficialista u opositor. Binner coloca a Rossi del lado de la "vieja política" y dice que es capaz de contradecirse para defender las posturas del Gobierno
Con todo, mantienen una relación de lo más diplomática. Rossi llegó por segunda vez al Concejo Deliberante rosarino en el tramo final del gobierno de Binner y el ex intendente no recuerda que haya intentado obstaculizar su gestión. Nunca mantuvieron discusiones fuertes y alguna vez compartieron la vereda: en 1995 se cruzaron en el Frepaso y apoyaron la fórmula Bordón-Alvarez. Ahora, van camino a convertirse en un clásico rosarino, aunque ninguno de los dos se identifica con Rosario Central o Newell's.
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